martes, 20 de diciembre de 2016

Imaginación y ansiedad

Cuando descubrí la relación que existía entre imaginación y ansiedad, comprendí mucho mejor cómo funcionaba y por lo tanto me ayudó a saber qué me estaba ocurriendo. Esa comprensión me ayudó a sentirme mejor.
La mejor manera de verlo es con ejemplos. Vamos a ello.
Si yo imagino tener una discusión con una persona, llego a sentir enfado. Mi cuerpo se tensa y acelera como si fuese real ¿El hecho de que lo sienta real quiere decir que esté discutiendo de verdad con esa persona? No. Es sólo una sensación.
Si yo imagino estar en un lugar paradisíaco, comienzo a sentir relax. Mi cuerpo se relaja como si fuese real ¿El hecho de que lo sienta real quiere decir que me encuentre en ese lugar? No. Es sólo una sensación.
Si yo imagino la muerte de un ser querido, siento pena y tristeza. Mi cuerpo se encoje como si fuese real ¿El hecho de que lo sienta real quiere decir que ha fallecido? No. Es sólo una sensación.
Si yo imagino tener relaciones sexuales, mi cuerpo se excita como si fuese real ¿El hecho de que lo sienta real quiere decir que las esté teniendo? No. Es sólo una sensación.
Si yo imagino que algo malo me va a ocurrir, comienzo a sentir miedo. Mi cuerpo reacciona con síntomas como si fuese real ¿El hecho de que lo sienta real quiere decir que me va a ocurrir algo? No. Es sólo una sensación.
¿Lo habéis visto? ¡¡El mecanismo es igual en todos los casos!! Así que lo que te ocurre, no es nada extraño. En el miedo irreal simplemente el cuerpo reacciona ante la imaginación, de la misma manera que lo hace cuando imaginas que te enfadas o tienes relaciones sexuales.
Veamos lo que dice la RAE sobre lo que es la imaginación:
  • Aprensión falsa o juicio de algo que no hay en realidad o no tiene fundamento. Imagen formada por la fantasía.
Nos asustamos de una fantasía, no de la realidad, no del presente, no de la calle, no de tal o cual situación.
Por lo tanto si yo siento miedo y no hay motivo real para ello, es que entonces sí o sí me he creído una fantasía o un pensamiento falso. Lo único que me está pasando es la consecuencia de haberme creído una mentira. Y eso nos ocurre a todos. Todos nos creemos mentiras y sufrimos por ello. Lo que ocurre es que en el caso de una persona con ansiedad, la mentira creída es catastrófica. Y por eso sentimos miedo y éste nos frena. 
Salir de la ansiedad, tiene mucho de entrar en la verdad. Y la verdad es la realidad, este momento aquí y ahora. Lo demás es ilusión.

jueves, 15 de diciembre de 2016

MICROCONOCIMIENTO: ¿DE QUÉ TE PROTEGE TU MIEDO?


El miedo es la emoción de la protección. Su única función es ésa. Así que... ¿de qué nos protege?
¿De perder la imagen que hemos forjado ante los demás?
¿De la sensación de no controlarlo todo en la vida?
¿De no ser aceptados por los demás?
¿De no ser 100% competentes en todo?
¿De verdad vale la pena tanta defensa para proteger eso?
¿De verdad vale la pena sufrir por ello?
Cuando elegí mi felicidad y bienestar, a estar protegiendo los pensamientos de los demás... fue uno de esos puntos de inflexión que me ayudaron a salir de la ansiedad.


martes, 13 de diciembre de 2016

MICROCONOCIMIENTO: DEPENDES DE TI

Lo importante no es que tengas miedo. Lo importante es que te levantes, te vistas y salgas a la calle. Esperar a sentirse mejor para afrontar el miedo, es como decir: "no me meto en el agua hasta que no aprenda a nadar".

Los momentos en los que más se avanza en la salida de la ansiedad, son al atravesar aquellos en los que peor nos sentimos y ver al otro lado que no había motivo para sentirse mal.

Lo sé, es muy fácil decirlo y no tanto hacerlo. Lo sé por propia experiencia. Pero te aseguro que es más difícil estar aguantando el miedo indefinidamente.

Así que... hazlo.

Y si tienes miedo, hazlo con miedo.

Hazlo por ti, porque mereces coger de la vida aquello que te haga feliz. Hazlo por quienes quieres, porque ellos también merecen todo lo bueno que hay en ti.  Y tienes mucho bueno que dar a este mundo, pero primero has de dártelo a ti mismo. Ahora es cuando más te necesitas.


miércoles, 7 de diciembre de 2016

LIBROS RECOMENDADOS PARA SALIR DE LA ANSIEDAD

Los libros que detallo a continuación, me fueron especialmente útiles para salir de la ansiedad o bien los descubrí a posteriori. Antes de nada he de aclarar que carezco de toda relación comercial, directa o indirecta, con los autores así como con sus editoriales. Aquí nadie está haciendo publicidad. El siguiente listado está formado única y exclusivamente por los libros que he leído y que en mi opinión son buenos para salir de la ansiedad.
Así mismo me gustaría indicar que estos libros no se leen de cualquier manera ¿Cómo leer? La pregunta parece tonta pero no lo es tanto. Cuando se tiene ansiedad, se tiende a buscar infinidad de información sobre ella. Con lo cual al final terminamos "infoxicados". Es decir, con la cabeza llena de información, en algunas ocasiones contradictoria, de manera que nos levantamos del asiento igual o peor que cuando nos sentamos, Hechos un lío, sin saber muy bien qué hacer. En el campo del desarrollo personal o crecimiento interior, el cómo leer tiene su importancia. Por ejemplo, si nos encontramos con la famosa frase "lo que resistes, persiste". Al leerla, podemos entender que es buena, que tiene razón. A continuación pasamos a seguir leyendo a la siguiente frase o párrafo. Si hacemos eso, es como si no hubiésemos leído nada ya que, de esa manera, el mensaje pasa sin dejar huella en nosotros. Continuemos con el ejemplo anterior. Esa frase es de tal calado, es de tal potencia y encierra tal nivel de verdad, que una vez leída lo que toca es DEJAR DE LEER. Levantarnos del asiento con ella dentro y meditarla, saborearla, "aprehenderla", respirar a través de ella... durante horas, días, el tiempo que necesitemos, sin seguir devorando más información. Y lo que toca seguidamente es ponerla en práctica, porque si no practicamos una y otra vez, es como el agricultor que ara y ara el campo pero no siembra.
Si estáis leyendo y os encontráis con una frase, idea o reflexión que os impacte... DETENEOS. Cerrad el libro y permitid que esa frase se expanda en vuestro interior, hasta que toooodo su significado os cale por completo. Es como tirar una piedra a un lago, esperar que llegue al fondo y que las ondas que ha producido, lleguen a todas las orillas de nuestro ser.
¿Qué tal si vamos a por los libros?
Para mi el mejor libro sobre ansiedad es el siguiente, incluso podéis descargarlo gratuitamente en la página del autor. Pienso que toda persona con un trastorno de ansiedad y depresión debería leerlo. Se titula "Relajación física y serenidad mental. Una guía para superar la ansiedad, la depresión y las preocupaciones de la vida". Tenéis la opción de obtener el libro en papel pagando o bien descargarlo gratuitamente. El enlace es el siguiente: http://superarlaansiedadyladepresion.com/
Siempre lo he dicho y siempre lo diré. A mi quien realmente me sacó de la ansiedad fue Anthony de Mello. No tuve el placer de conocerlo, pues falleció en New York cuando yo tenía 17 años. Pero la verdad es que me encantado conocerlo para decirle un sentido GRACIAS. Me leí toda su obra varias veces y sobre todo puse en práctica lo que en ella se recogía. Anthony fue un psicólogo jesuita nacido en la Índia que fusionó tanto la psicología como la espiritualidad de oriente y occidente. De ahí quizás la gran riqueza de su obra. Como sacerdote que era, veréis en sus obras continuas alusiones a Dios. Si eres ateo no importa, no es necesario ni mucho menos ser creyente para entender y aplicar el contenido de estos libros. Decir además que esto último fue igualmente indicado por el propio Anthony. Por eso también me gustaba tanto, porque escribía para todo el mundo. De entre su obra destaco los siguientes libros:
AUTOLIBERACIÓN INTERIOR. Editorial Lumen (MUY RECOMENDADO)
ROMPIENDO ÍDOLOS. Ediciones Loyola
UNA LLAMADA AL AMOR. Sal Terrae (MUY RECOMENDADO)
CAMINAR SOBRE LAS AGUAS. Editorial Verbo Divino (MUY RECOMENDADO)
LIGERO DE EQUIPAJE. Sal Terrae
MEDICINA DEL ALMA. Editorial Lumen (MUY RECOMENDADO)
QUIÉN PUEDE HACER QUE AMANEZCA. Sal Terrae
SADHANA. UN CAMINO DE ORACIÓN. Editorial Sal Terrae
A continuación detallo otros libros de distintos autores todos ellos muy buenos.
AYUDARSE A SI MISMO. UNA PSICOTERAPIA MEDIANTE LA RAZÓN. Lucien Auger. Sal Terrae.
PSICOTERAPIA DE BOLSILLO. Aurelia García García. Diego Marín librero editor.
DEL PÁNICO A LA ALEGRÍA. Podéis descargarlo aquí http://joaquincarrizosa.com/libros/
PARA SALIR DEL LABERINTO. CÓMO PENSAMOS, SENTIMOS Y ACTUAMOS. Ramiro Alvarez. Sal Terrae
EL APRENDIZAJE DE LA SERENIDAD. Rafael Navarrete. San Pablo.
SÉ AMIGO DE TI MISMO. MANUAL DE AUTOESTIMA. José-Vicente Bonet. Sal Terrae.
EL PODER DEL AHORA. Eckhart Tolle. Ediciones Gaia.
EL CABALLERO DE LA ARMADURA OXIDADA. Robert Fisher. Ediciones Obelisco.
MIEDO. Thich Nhat Hanh. Editorial Kairós.
MOMENTO PRESENTE, MOMENTO MARAVILLOSO. Thich Nhat Hanh. Ediciones Dharma.
SALTAR AL VACÍO. Sergi Torres. Ediciones Presencia.
ECOLOGÍA MENTAL. Jorge Lomar. Ediciones Corona Borealis.
APRENDER A PRACTICAR MINDFULNESS.  Vicente Simón. Editorial Sello.
MINDFULNESS EN LA VIDA COTIDIANA. Jon Kabat-Zinn. Editorial Paidos.
MINDFULNESS PARA PRINCIPIANTES. Jon Kabat-Zinn. Editorial Kairós.
LA MEDITACIÓN NO VA DE ESO. Rigdzin Shikpo. Ediciones Dharma.
EL ARTE DE LA SABIDURÍA. Dalai Lama. Editorial Grijalbo.
Seguro que habrá más. Pero estos son los primeros que me vienen a la cabeza. Espero de corazón que estos libros os ayuden a ganar paz, serenidad y bienestar.

domingo, 13 de noviembre de 2016

LA ANSIEDAD NO ES EL FIN DEL MUNDO.

Todo en la vida está entrelazado.
Nada ocurre porque sí.
Todo tiene su por qué y su para qué.
La ansiedad también lo tiene.
Cuando sentimos que nuestro mundo interior se derrumba, lo que realmente se está derrumbando es el viejo mundo, nuestras viejas concepciones, percepciones, ideas, creencias,... Es como si el mapa interior por el que nos estábamos moviendo hasta ese momento, ya no nos fuese válido y se estuviera ampliando o modificando. Entre medias nos sentimos inseguros y es normal que así sea, porque lo viejo aún no se ha marchado y lo nuevo aún no nacido. Nos encontramos en esa etapa de transición en la que nos cuesta soltar el pasado y nos da miedo lo que nos pueda venir. Para caminar por esa etapa y no quedarnos estancados, nada mejor que la CONFIANZA EN EL PROCESO DE LA VIDA. Comprender profundamente que la vida es cambio, evolución y transformación. Comprender que nosotros somos parte de ella, somos vida y por lo tanto nos regimos por sus mismas leyes naturales. Esto último nos convierte seres cíclicos, donde unos ciclos se cierran y otros nuevos se abren. Si echas un vistazo a tu vida, verás cómo unas etapas se marcharon y otras nuevas abrieron ante ti. Cómo no eres el mismo que hace cinco años, ni tampoco aquél es el mismo que el de hace diez ¿¡Lo ves!? ¿Ves como eres vida? Así que deja de resistirte a ella. Deja de resistirte a lo que eres.
Algo que me quedó muy claro después de haber superado la ansiedad, es que los siete años que estuve en ella, constituyó esa etapa de transición entre el Rafa estricto y un Rafa más abierto al proceso de la vida. Más pendiente a vivir lo que toca en cada momento que a vivir lo que las exigencias educacionales me habían grabado. Y también me quedó claro otra cosa, que esas etapas de transición son más o menos largas en función de nuestra resistencia a soltar lo viejo y abrirnos a lo nuevo. A más resistencia, más largas son. Que lo mejor para reducir los tiempos de transición, es REALIZAR cada día, cada instante, AQUELLO QUE EN EL FONDO SABEMOS QUE TENEMOS QUE HACER. Realizar aquello que en el fondo sabemos que nos hace bien y centrarnos en ello. No importa si tenemos ganas o no. No importa si creamos que podemos hacerlo o no. No importa si nos da miedo o no. Lo sé, es muy fácil decirlo y difícil hacerlo, pero es que también sobrevaloramos las ganas que tenemos, lo que creemos y al propio miedo ¿Y sabéis por qué no importa? Porque lo único importante es la propia vida. Me explico. Si me dejo llevar por el miedo, las ganas y creencias, nada cambiará y me quedaré estancado en lo viejo, en lo que fue y ya no es. Por lo que la vida continuará trayéndome una y otra vez la misma situación de ayer porque yo aún no lo he soltado. Es decir si yo me aferro a lo que fui y a lo que fue, continuaré viviendo desde el pasado, por lo que éste volverá a repetirse una y otra vez. Si yo me hubiese aferrado a continuar siendo el Rafa rígido, estricto, mecanizado y autoexigente... jamás hubiese salido de la ansiedad. Es por ello, que desde mi experiencia y deseando de corazón que tu etapa de transición sea lo más corta posible te digo...

¡SUÉLTALO TODO!

¡SUÉLTATE!

Suelta lo que fuiste porque esa persona ya no existe.
Suelta lo que fue porque aquello ya pasó.
Suelta toda resistencia a la vida porque la vida es imparable.
Suelta para que pueda haber espacio en tus manos y agarrar lo que ha de llegar.
Suelta sin miedo porque eres vida y la vida nunca se perjudica a si misma.
Sé inteligente y ve con la vida. Haz lo que te diga el corazón, la intuición y aquello que sabes que en el fondo te hace bien. Hazlo por ti, por los tuyos y sobre todo porque te mereces ser feliz. Y ese merecer no ha de ser un pensamiento en la cabeza, sino un sentirlo en tu pecho. Sé que no siempre lo sentimos, normalmente porque estamos abrumados por el miedo y por las capas de nuestra educación. Pero fíjate cómo TODO, ABSOLUTAMENTE TODO lo que que has hecho en tu vida ha sido para ser feliz. Ningún acto de tu vida estuvo fuera de esa búsqueda. Así que observa esa tendencia innata que hay en ti a ser feliz y desde esa plataforma...

¡CAMINA!

¡POR DIOS CAMINA!

Que no sólo te mereces ser feliz, sino que es tu tendencia más esencial e innata. Es tu misión de vida.
La ansiedad no es el fin del mundo.
Es el inicio de uno nuevo.
Sé que esto último no es fácil verlo cuando estamos bajo el peso de los síntomas, pero más difícil es el quedarnos estancados viviendo lo mismo una y otra vez. Así que sé práctico, ponte las cosas fáciles soltando toda resistencia y hazle caso a la vida.

sábado, 5 de noviembre de 2016

¿DE QUÉ HUIMOS CUANDO ESTAMOS EN LA ZONA DE CONFORT?

En la zona de confort nos sentimos seguros, pero también nos sentimos ahí dentro muy limitados. Es decir "canjeamos" libertad a cambio de seguridad. Pero es muy curioso, porque cuando nos encontramos dentro, lo que más anhelamos es precisamente libertad. Sé en propia piel que lo que nos mantiene en la zona de confort es el miedo. Pero... ¿de qué nos estamos protegiendo cuando nos encerramos ahí? La experiencia personal me dice que nos protegemos del propio miedo. Por lo tanto en el fondo, de lo que nos estamos protegiendo en la zona de confort ES DE SENTIR. Nos estamos protegiendo de nuestro propio sentir ¡Tratamos de protegernos de nosotros mismos! De lo que surge "de piel hacia dentro". Pero fíjate cómo el encerrarnos ahí NO FUNCIONA para sentirnos mejor. Puede que no sintamos el miedo que sentimos cuando nos exponemos, que sintamos un alivio inmediato al regresar a la zona de confort, pero en el fondo de nuestro ser, sentimos una enorme falta de libertad, una enorme limitación, nos ahogamos ahí dentro porque desde ahí no tenemos acceso a nuestros sueños, amistades, proyectos, a la naturaleza,...
Una de las cosas que me ayudó a salir de la ansiedad, fue darme cuenta de que NO PODÍA HUIR DE MI MISMO. De que hiciese lo que hiciese, fuese a donde fuese, "yo seguía ahí". De que mi sentir en sus múltiples formas continuaba ahí. De que seguía sintiéndome. Pero ojo, esa tendencia de huir de nosotros mismos, lo llevamos haciendo toda la vida y es una práctica muy extendida y potenciada en esta sociedad. Escuchamos música a todo volumen, vemos la TV, tomamos drogas, nos distraemos en mil asuntos,... en un intento de anestesiar nuestro sentir. Con lo cual en el fondo, cuando tenemos ansiedad, no estamos haciendo nada distinto de lo que llevamos haciendo toda la vida y muchíiiiisimas personas hacen diariamente ¡¡Y AHÍ ESTÁ EL PROBLEMA!! Ahí está una de las grandes claves QUE SEGUIMOS HACIENDO LO MISMO: HUIR DE NOSOTROS MISMOS. Cada vez estoy más convencido de que mi organismo y la vida, a través de la ansiedad, me dijo "¡Eh, Rafa, que no puedes seguir así. Que ya no puedes continuar más tiempo huyendo de ti mismo". Y de ahí lo síntomas, donde no paramos de sentirnos.
Si queremos que algo cambie en nuestras vidas, hemos de hacer algo distinto. Si hacemos siempre lo mismo, continuaremos igual que siempre. De esa manera fue cómo el salir a la calle cuando tenía agorafobia, el afrontar tal o cual situación, se convirtió también en una forma ir hacia mi. De dejar de huir de mi. Cuando regresaba corriendo a casa, no huía de la calle, huía de mi sentir. La calle es neutra. Así que quedarme en ella era también una forma de quedarme conmigo mismo. Sé muy bien que eso cuesta, que es muy fácil decirlo y difícil hacerlo, pues el miedo y sus síntomas se hacen notar. Pero esa dificultad, pude comprobar que era directamente proporcional a mi rechazo a sentir. Que en cuanto me acogía, me comprendía, admitía, consentía (CON-SENTIR), recibía,... todo cuando en mí surgiera esa dificultad iba bajando considerablemente. Ese fue un camino lento, con sus rachas buenas y rachas malas, pero la verdad es que el "ir hacia mi", fue una de las mejores cosas que pude hacer por mi persona.
Huimos de nosotros mismos porque creemos que dentro de nuestro ser hay algo malo. Pero ni mucho menos es así. Está demostrado que las personas con ansiedad son más sensibles que la media. Por lo que no me equivoco si digo que dentro de ti hay mucho amor, bondad, generosidad y belleza. Así que desde esa plataforma... sal a la calle, afronta las situaciones, lleva a la práctica los consejos de tu psicólogo, haz deporte, meditación, relajación, hobbies, escúcharte, atiéndete, considéarte, mira por ti y tu auténtico bienestar. Por que si haces todo esto estás haciendo algo bueno por ti y por lo tanto te estás queriendo. Verás cómo desde ahí... todo comienza a suavizarse.
 

domingo, 23 de octubre de 2016

ME FALTA CONFIANZA PARA SALIR DE LA ANSIEDAD

Nos llega la ansiedad y al poco tiempo sentimos que nos falta confianza para llevar adelante nuestra vida. Esa seguridad a la hora de salir a la calle, ir a tal reunión o ante determinadas situaciones. De hecho, muchos de los consejos que recibimos por parte de los demás es "¡ten confianza!". Recuerdo que cuando me lo decían me daba hasta coraje, pensando para mis adentros "sí hombre como si fuera tan fácil". Y en el fondo me daba coraje porque a la hora de exponerme, buscaba en mi esa seguridad y al no encontrarla caía en el desánimo. Me decía "me falta confianza", achacando el no poder realizar tal o cual actividad a esa falta. Así fue como llegué a sentirme erróneo, como si mi ser no estuviese "bien hecho". Al decirme eso tantas veces y creerlo a pie juntillas, terminé por actuar acorde a esa creencia. Y cuando el miedo me frenaba, me decía "¿ves como te falta confianza?" autoconfirmando de esa manera mi creencia. Así me pasé muchos años, pero poco a poco leyendo a Anthony de Mello, me di cuenta de que las personas no somos erróneas en ningún momento, que no nos falta nada, que en todo caso lo que nos sobra son falsas creencias y pensamientos erróneos. Aquello supuso un gran alivio para mi, pues no era que yo hubiese venido a este mundo "mal fabricado", sino que mi falta de confianza era sólo una consecuencia. Aquello me ayudó a soltar esa preocupación y centrarme en la práctica.
Con el tiempo me di cuenta de que la mejor manera de estar centrado en esa práctica, era hacerlo de manera limpia, sin añadiduras ni juicios por mi parte. Salir a la calle una y otra vez. Exponerme a las situaciones una y otra vez. Practicar deporte, meditación, relajación, hoobies,... una y otra vez. Sólo de esa manera podía ir afinando la práctica, corriendo estrategias y sobre todo actitudes internas ante mi mismo y ante lo que acontecía. Tirado en el sofá o en la cama no podía corregir nada porque no vivenciaba nuevas situaciones. Una práctica donde de manera sincera y sentida no me reprochaba, sino que me comprendía, sin sentencias condenatorias, soltando los fracasos y centrándome en la práctica de sólo ése día.  En el fondo, puse mi confianza en LA PROPIA PRÁCTICA EN SÍ. Es decir, no se trata de tener confianza de forma gratuita, no se trata de un brindis al sol. Se trata de una práctica basada en una profunda certeza confirmada con hechos de QUE A TRAVÉS DE LA PRÁCTICA, CONSEGUIMOS COSAS. Me explico ¿Cuánto has conseguido en tu vida a través de la práctica? Párate un momento y verás cómo son muchas. Aprendiste a leer, escribir, realizar cálculos matemáticos, conducir un coche, nadar, montar en bicicleta, aprendiste a realizar un trabajo, manualidades, idiomas,... ¡¡son muchas!! Es decir, esa capacidad de aprender y crecer MEDIANTE LA PRÁCTICA ¡¡LA TIENES!! Lo has podido comprobar un montó de veces. Así que como decía, no se trata de una confianza gratuita, sino basada en hechos demostrados a lo largo de tu vida de que practicando, consigues salir de una situación y entrar en otra nueva.
Hay que tener en cuenta algo muy importante: es la propia práctica la que te va enseñando. Imagina que cuando aprendiste a leer, te hubieses desanimado cada vez que leías mal una palabra, que te hubieses desanimado pensando "como me equivoco mucho eso quiere decir que no puedo aprender a leer" ¿Qué hubiese pasado? Que ahora mismo no estarías leyendo estas líneas. Pero recuérdate cuando eras niño/a y aprendías a leer, no te reprochabas nada, no te juzgabas, ni tampoco dejaste de continuar practicando. Simplemente corregías, aprendías y seguías adelante sin importarte las equivocaciones. Pues así es también con la ansiedad. No importan los fallos, importa los aprendizajes que extraigas EN la propia práctica, el ir afinándola, no el número de veces que puedas fallar. Puede que ante todo ello alguien diga "yo llevo intentándolo un montón de tiempo y no puedo" Esa frase además de demoledora para el ánimo es incierta. Porque no es que no puedas, sino que aún no has encontrado la forma o nadie te la ha enseñado. Pero no es porque no puedas. Por eso es importante no parar hasta dar con ese psicólogo/a que sea capaz de ayudarnos de verdad. Así que no es que "no puedas", sino que "aún no sabes" ¡que es muy distinto! Y si no sabemos siempre podemos buscar a alguien que nos enseñe, pero no decir que no podemos.
Con todo esto te quiero decir que PUEDES CONFIAR EN TI porque te lo has demostrado un montón de veces a lo largo de la vida: "practicando me he llevado más allá de donde estaba" Párate y date cuenta de eso.
PUEDES CONFIAR EN LA VIDA porque si te fijas, de ella siempre recibimos lo que necesitamos para crecer como personas.
PUEDES CONFIAR EN TU ORGANISMO, porque es la última generación de millones de años de perfeccionamiento y evolución centrada en tu bienestar.
Y cuando digo "PUEDES", no me estoy refiriendo a probabilidades o tratando de darte ánimos. Me refiero a una tranquilizadora CERTEZA basada en hechos. 

miércoles, 12 de octubre de 2016

EL MIEDO IRREAL ES COMO UN ESPANTAPÁJAROS

Las personas en el fondo somos como pájaros que se asustan de un espantapájaros. Nos asustamos de una ilusión, una fantasía o creencia. De algo aparente que en realidad no "es". Fíjate cómo cuanto más lejos estamos del espantapájaros, más nos parece una persona, un ser real, inclusive un monstruo. Cuando más cerca estamos de él, más nos damos cuenta de que es un inofensivo muñeco hecho de ropa inflada con paja y un viejo sombrero encima. Pues así es el miedo. Creemos que hemos de huir de eso que nos asusta, cuando en verdad el espantapájaros lo que está haciendo, es SEÑALAR EL LUGAR EN EL QUE ESTÁ EL ALIMENTO MÁS RICO. Bajo él, se encuentra lo que quizás llevamos tiempo buscando, incluso mucho antes de que apareciese la ansiedad. Bajo él se encuentra lo que en el fondo más anhelamos: VIVIR. Pero vivir de verdad, cogiendo de la vida aquello que necesitamos para ser ser felices y siendo lo que somos. Por lo que en el fondo, el espantapájaros no nos da miedo, LO QUE EN EL FONDO NOS DA MIEDO ES VIVIR SEGÚN NOS DICTA EL CORAZÓN. De éso es de lo que realmente huimos y inventando un personaje en su lugar. Esto nos cuesta verlo pero observa. Independientemente de la ansiedad ¿cuántas veces hemos vivido como nos ha dictado el corazón? Muy pocas. Pareciese como si llevásemos toda la vida huyendo de eso. Por lo que huyendo... llevamos muchísimo tiempo y siempre de lo mismo. Párate. Observa tus adentros y date cuenta de cómo, desde que tienes ansiedad, tu anhelo de vivir según dicta tu corazón ha aumentado. Es mucho más intenso que en etapas anteriores de tu vida ¿Lo ves? ¿Te das cuenta? ¿Ves cómo el espantapájaros está señalando el lugar donde está el alimento que necesitamos?
Ante ello alguien podría preguntarse ¿por qué nos da miedo vivir según nos dicta el corazón? Pues porque creemos que si somos como realmente sentimos, los demás no nos van a querer. Que no vamos a encajar, que nos verían como bichos raros y nos veríamos solos. Así que preferimos escenificar un personaje al gusto de los demás que ser nosotros mismos. Pero si nos paramos a observar detenidamente la creencia de que si somos como nos dicta el corazón los demás no nos van a querer, vemos ahí una buena noticia:  ¡¡ QUE NO ES VERDAD!! ¡¡QUE ES JUSTO LO CONTRARIO!! Desde hace algunos años he tenido el privilegio de conocer a personas muy conectadas con su corazón, con un profundo sentido de la vida y de si mismos. Y cuanto más conectadas están, más gente vamos a sus cursos y conferencias ¿Por qué ocurre eso? Porque las personas somos sensibles a ello, nos gusta estar con gente auténtica, sincera, abierta, con una sabiduría natural, que sean ellas mismas, personas que están en su centro, que están en su corazón y hablan al corazón de los demás. Y eso querido amigo, querida amiga,... nos pasa a todos y a la gente tienes alrededor también les ocurre lo mismo.
Muchos años me pasé defendiendo ese personaje y a más defensa, más ansiedad tenía. De verdad te lo digo ¡no vale la pena! Llega un momento en el que hemos de elegir entre el pensamiento de los demás y ser lo que nos dicta el corazón. Entre seguir huyendo de la ilusión del espantapájaros y acercarnos a comer del alimento que anhelamos.

Tu corazón siempre será

tu mejor opción de vida

Elígete

 

sábado, 8 de octubre de 2016

PREOCUPACIÓN POR EL FUTURO

En la ansiedad solemos andar preocupados por nuestro futuro ¿Cómo será? ¿Cómo estaremos? ¿Qué nos encontraremos? A partir de preguntas de ese tipo, nos vamos enredando en imaginaciones catastróficas que nos hacen sufrir enormemente. Y a más imaginación negativa, más preocupación, quedándonos atrapados en círculos viciosos que sólo nos llevan al desánimo y al miedo. Nos quedamos atrapados ahí sin darnos cuenta de dos aspectos fundamentales que nos pueden sacar de ese círculo. O al menos a mi me ayudaron y por ello lo comparto por si a alguien le pudiese ser útil.
El primer aspecto es pararnos a comprender profundamente que el futuro no puede darnos miedo ¿Por qué? Sencillamente porque no puede dar miedo aquello que no existe. No es al futuro lo que tememos, lo que nos genera el miedo es lo que estamos haciendo EN nuestro presente: imaginar en modo catastrófico. Así que cuando nos preguntamos "¿cómo puedo dejar de preocuparme por el futuro?" no solemos encontrar respuesta porque la pregunta no es la adecuada. Y no es adecuada porque estamos tratando de resolver un problema (nuestra preocupación) desde un enfoque erróneo: el futuro existe y encima es negativo. Fíjate cómo ese enfoque nos encarcela en el miedo y en el sufrimiento. Ante ello hemos de tener algo muy claro, si un pensamiento o creencia me hace sufrir y no nos lleva a ninguna parte... ¡ES QUE ES MENTIRA! ¡ES QUE ES FALSO! Y la prueba de que es mentira es el propio miedo y sufrimiento que sentimos. Ese sentir es nuestro cuerpo diciéndonos "¡¡POR AHÍ NO ES!!" "¡¡TE ESTÁS EQUIVOCANDO!!" ¿Y por qué es una mentira? ¿Por qué es falso? Porque fíjate cómo todo lo que es verdad nos libera, equilibra, pacifica, sana,... así que todo lo que nos encarcela en el miedo es una mentira.
Fíjate cómo cuando empezaste a leer este artículo, ese momento, ¡ya es pasado! Ahora mismo, leyendo estas palabras, ya es el futuro de ese momento en el que empezaste a leer ¿Lo ves? ¡Ya estás en el futuro de ese instante! ¿VES CÓMO NO TIENES QUE HACER NADA PARA CONOCER EL FUTURO? ¡¡YA TE ESTÁ LLEGANDO!! ¿VES CÓMO NO ES NECESARIO PREOCUPARSE POR EL FUTURO PORQUE SIEMPRE NOS ESTÁ LLEGANDO? Observa objetivamente cómo ahora mismo es el futuro de hace unos instantes atrás. Cómo no has tenido que hacer nada para conocer "ese futuro", sino que simplemente te ha llegado sin más. Y lo más importante, el cómo va llegando sin que llegue nada catastrófico. Y además digo otra cosa, tampoco hemos de preocuparnos por lo que nos llega porque siempre tenemos la habilidad y capacidad de afrontar el momento presente. Lo que no tenemos es la capacidad de afrontar la película de terror que nos imaginamos, por lo que el cuerpo expulsa en forma de síntomas la tensión que acumulamos de esa manera.De verdad, párate ahí, detén tu lectura quedándote en la comprensión de que el futuro nos llega instante a instante en forma de presente y que por lo tanto, no es necesario preocuparse por él. Fíjate cómo, desde niño, desde niña, siempre has estado en el presente. Siempre ha sido de esa manera, el futuro te iba llegando sin tener que hacer nada y sin necesidad real de estar preocupado/a porque ya se te estaba presentando solo. Detente ahí hasta que toda esa comprensión llegue a todas las orillas de tu ser. Párate ahí hasta que razón, emoción e intuición encajen en la inutilidad de andar preocupados. Si mientras haces eso sientes de pronto cómo tu cuerpo se afloja, sientes como un alivio, es tu organismo diciendo "¡¡uuff por fin se ha enterado, ya no tengo que seguir tenso"
El segundo aspecto que olvidamos cuando andamos preocupados por el futuro, es una derivación del anterior y no es otra que la Ley de Causa y Efecto. El futuro efectivamente como tal no existe, pero SÍ QUE PUEDE SER CONSTRUIDO. Es decir que en cierto modo tenemos "el poder" de ir construyéndolo, de que en ese instante tras instante, nos vayamos encontrando cosas beneficiosas para nosotros ¿Y cómo se hace eso? Comprendiendo muy bien cómo funciona dicha Ley, tomando buena conciencia de ella y actuando en consecuencia. Lo mejor para explicar esto es a través de ejemplos, así que vamos a ello. Si yo quiero tener unos abdominales marcados y no hago gimnasia ni dieta, la barriga que tengo ahora mismo es el efecto de no haber hecho en el pasado nada de eso. Si yo tengo una pared de color negro y la quiero blanca pero no la pinto, el efecto será que continuará negra, siendo la causa de su actual estado el hecho de que en el pasado no me puse a pintarla. Llevemos esto al día a día de una persona con ansiedad. Si yo ahora mismo tengo miedo, ansiedad y síntomas, es porque hace unos instantes, horas o días (en cualquier caso en el pasado) estuve rumiando pensamientos negativos. Es decir, estuve acumulando tensión y ahora (en el futuro de aquellos momentos) estoy sintiendo el efecto de ese rumiar. Esto es, que el problema no está en los síntomas que siento ahora, sino en mi rumiar del pasado ¿Ves cómo vamos construyendo el futuro que nos va llegando? En cambio, si yo ahora mismo llevo a la práctica las recomendaciones del psicólogo/a, hago deporte, relajación, meditación, yoga, hobbies, me enriquezco con lecturas que me hagan crecer, hago exposiciones, soy constante,... y voy haciendo a diario lo que en cada instante me toca hacer en mi propio beneficio... ¿cómo me irá llegando ese futuro? Si yo siembro todo eso estaré sembrando causas positivas, por lo que los efectos serán igualmente positivos. Lo que me llegue será beneficioso para mi.
Por lo tanto si lo que ando es preocupado por mi futuro, no es allí a ese mundo imaginario a donde he de mirar, sino que DONDE HE DE ENFOCARME ES EN MI PRESENTE PORQUE ES AQUÍ DONDE SE GERMINA LO QUE HA DE LLEGAR ¿Qué estoy haciendo en mi presente? ¿Qué estoy sembrando en mi ahora? Repito el futuro no es el problema, sino lo que estoy haciendo conmigo en mi presente. Así que toma conciencia de ello  y ¡alégrate! de que tengamos esa capacidad de construir aquello que nos llegue.  Aprovecha ese "poder" en beneficio tuyo y de los demás, está en tu mano, está aquí y está ahora ¡Lo tienes!
P.D.: Puede que alguien al leer todo esto diga para sus adentros "pues yo he llevado a la práctica lo que dijo el psicólogo, he hecho deporte, relajación, meditación, yoga, expuesto al miedo,... y sigo igual o peor. En esa situación es igualmente aplicable la Ley de Causa y Efecto, pero debido a que ello daría para escribir otro extenso artículo, abordaré ese punto más adelante.

lunes, 3 de octubre de 2016

AQUÍ Y AHORA

(Lee muy despacio, sin prisas. Date tiempo a sentir lo que lees)
Estás aquí, leyendo estas líneas.
Estás ahora, en este momento.
No importa lo que ocurrió antes, pues ya no existe.
No importa lo que ocurrirá, pues aún no ha nacido.
No importa lo que pienses de ti, pues ningún pensamiento es capaz de describirte.
No importa lo que pienses de lo que sucede, pues ningún pensamiento es capaz de englobar la realidad.
Sólo importa este instante, donde todo aparece y se desvanece.
Sólo importa ir con la vida.
Abre los brazos y recibe lo que llega.
Abre las manos y suelta lo que ocurrió.
Fluir con la vida es un continuo recibir y soltar.
No hay otra cosa más que vivir que este instante.
No te quedes con nada de lo que ocurrió.
No esperes nada de lo que te pueda llegar.
No guardar... no esperar... eso es libertad.
La libertad de no estar atado al pasado ni al futuro.
La libertad del aquí, donde todo te está llegando.
La libertad del ahora, cuando todo ha de ser soltado.
Aquí, vente aquí. Contigo.
Ahora, vente ahora. Contigo.
Quédate en este instante y deja de pelearte con él.
Deja de reñirle y observa cómo tu cuerpo se afloja, destensa, alivia,... Párate.  Quédate ahí hasta sentir eso.
Ese alivio es tu cuerpo diciéndote "ése es el camino".
Si así lo has sentido... aunque sea sólo un pequeño atisbo...
has encontrado el camino hacia la paz.
Un camino hacia ningún lugar, hacia ningún momento.
Pues todo está aquí.
Todo es ahora.
No hay más que hacer.
No hay más que vivir.

sábado, 24 de septiembre de 2016

TRATAMOS DE SALIR DE LA ANSIEDAD DESDE LA PROPIA ANSIEDAD.

¿Te has dado cuenta de que cuando sentimos ansiedad, tratamos de dejar de sentirla de una manera que nos hace sentirla más?
Cuanto más queremos que no esté, más está.
Cuanto más queremos controlarla, más se descontrola.
Cuanto más luchamos contra ella, más grande se hace.
Cuanto más huimos de ella, más pegada la sentimos.
No queremos que esté... queremos controlarla... luchamos contra ella... huimos de ella... Detente aquí y observa cómo tratamos de salir del miedo desde el miedo. La base, esa plataforma desde la que nos movemos para salir de él, es una plataforma de miedo. Eso es como si yo tengo varias maderas ardiendo y trato de apagar el fuego echándole encima un montón de madera.
¿Cómo tratas de apagar un fuego? ¿Con agua o con el mismo combustible que lo hace arder?
¿Cómo tratas de curar una herida? ¿Procurando que cierre o abriéndola más?
¿Cómo tratas de solucionar una error? ¿No volviéndolo a repetir o repitiéndolo más?
Pues de la misma manera con el miedo y la ansiedad. No podemos salir de ahí desde el miedo y la ansiedad de sentir lo que sentimos. Hemos de cambiar de enfoque, de perspectiva, ir por otro camino. El camino a recorrer, o al menos ésa fue mi experiencia, es desde los opuestos al miedo: el amor hacia uno mismo, la confianza, la paz, paciencia, no juzgar, compasión, comprensión, aceptación,... Fíjate cómo todo ello es más afín a ti, a tu esencia como persona, a lo que eres como ser humano y a lo que habita en tu fondo.
No importa que ahora mismo quizás no sientas nada de ello, que sólo sientas miedo, lucha y huida. Y no importa porque el hecho de que no lo sientas, no quiere decir que no esté. Estar están, lo único que ocurre es que lo que más nos han enseñado en la vida es a temer. Nos han enseñado a actuar desde el miedo:
Miedo al qué dirán o pensarán de mi.
Miedo a sentirme mal.
Miedo a no tener el control.
Miedo a que las cosas no salgan como queremos.
Miedo a equivocarnos.
Miedo a ...
Miedo a...
Fíjate cómo antes de que apareciese la ansiedad, esos miedos ya estaban ahí de alguna u otra manera. Con lo que en el fondo, las únicas diferencias que hay respecto a antes, son las formas en las que se expresan esos miedos y su intensidad. Un ejemplo de ello lo descubrí en propia carne. La principal razón por la me pasé prácticamente un año sin salir de casa con agorafobia, era por el miedo al qué pensarían de mi si me veían con una crisis. Pero es que ese miedo al qué pensarán los demás, en absoluto era nuevo en mi. Lo llevaba arrastrando desde hacía muchísimo tiempo atrás. Por lo que en el fondo,... tenemos los mismos miedos que antes con algunas derivaciones. Quizás no éramos del todo conscientes de esos miedos, creíamos que era "lo normal" vivir así o si éramos conscientes preferíamos mirar hacia otro lado. En definitiva, tuvieron que llegar los síntomas y sentir miedo con intensidad, para que nos hiciésemos conscientes de que teníamos que transformar algo que llevábamos tiempo arrastrando. De esa manera el miedo y la ansiedad, se convierten en una fuerte llamada de atención por parte de nuestro organismo, para que sanemos lo que mucho tiempo atrás llevábamos sintiendo.
Así que para recorrer ese nuevo camino del que hablábamos, de aceptación, paciencia, no juicio, no lucha, comprensión, paciencia, compasión... sólo hemos de centrarnos en él. Cultivar esas actitudes,  profundizar en ellas. Viendo ese nuevo camino NO COMO LA FORMA DE NO SENTIR LO QUE SENTIMOS, sino como el hacer lo que tiempo atrás deberíamos haber hecho para nuestro bienestar y crecimiento personal.
De la ansiedad se sale desde dentro, desde lo que somos en esencia, no desde lo que tememos.
Salimos desde lo que somos, no desde lo que no queremos ser. 

martes, 20 de septiembre de 2016

PENSAMIENTOS Y CONTROL

Si estás leyendo estas líneas, es que llevas un tiempo más o menos largo con ansiedad. Así que aprovecha ese tiempo a tu favor, para darte cuenta de algo que quizás ya sabes, pero que nos cuesta terminar de verlo realmente: QUE LOS PENSAMIENTOS SON UNA COSA Y LA REALIDAD ES OTRA BIEN DISTINTA. Esto último lo supe durante mucho tiempo, lo sabía intelectualmente, pero cada vez que me llegaba un pensamiento catastrófico ese "saber", no me servía para tratar al pensamiento como irreal y por lo tanto para no verme arrastrado por él. Así que ahí había una separación entre lo que "sabía" y lo que "sentía". Sabía que no estaba en peligro pero sentía miedo como si lo estuviese. "¡Pero si sé que no estoy en peligro! ¿Por qué tengo miedo?" Jamás llegué a contestarme a esa pregunta. Y no me la llegué a contestar porque comprendí que me la estaba planteando porque estaba excesivamente enfocado en los pensamientos y trataba de contestarla desde el mismo pensamiento que estaba produciéndome la ansiedad. Y es que solemos vivir en la mente, en los pensamientos, pareciese que no hay otra cosa en la vida que esa "voz" que todos tenemos en la cabeza y que está constantemente juzgando cómo son las cosas.
Siempre he dicho que para salir de la ansiedad, hace falta una gran dosis de realismo, tener los pies en el suelo, un "tocar tierra". LOS PENSAMIENTOS NO SON LA VIDA. Si la vida fuese los pensamientos, sería un caos espacio-temporal porque ésta tendría que estar adaptada a los pensamientos de  7.000 millones de habitantes de este planeta. Si yo pienso que la vida y la realidad es "A", tú piensas que es "B" y otra persona piensa "C"... ¡no puede haber tres vidas y realidades distintas! ¿Lo ves? ¡Sería absurdo además de imposible! Esto nos demuestra que la vida es la que es y que las cosas son lo que son, independientemente de lo que podamos creer, pensar o sentir. Rendirse a esa evidencia es también una forma de entrar en el "aquí" y en el "ahora".
Como decía, la vida es la que es y si nos damos cuenta, LA VIDA ES LA QUE RIGE. La vida es la que manda. Lo que nos vamos encontrando en cada instante, es lo único que vivimos, es lo único que nos toca vivir. No hay otra cosa que vivir que precisamente lo que vivimos. No hay más. Ante ello cabría preguntarse "¿y qué es lo que nos está diciendo la vida a través de la ansiedad?" Nos está diciendo justo lo contrario de lo que habitualmente creemos.
Vamos al día a día de una persona con ansiedad.
Si yo pienso "estoy teniendo un infarto", luego la vida a través de los acontecimientos me dice que no es así.
Si yo pienso "tengo una enfermedad mortal", luego la vida a través de los acontecimientos me dice que no es así.
Si yo pienso "me estoy volviendo loco", luego la vida a través de los acontecimientos me dice que no es así.
¿LO VES? ¿TE DAS CUENTA? ¡LA VIDA NO PARA DE DECIRTE QUE LOS PENSAMIENTOS CATASTRÓFICOS NO SON VERDAD! Y te lo está repitiendo una y otra vez, montones de veces, todos y cada uno de los días. Está constantemente repitiéndolo ¡No para de decirlo! No importa el número de veces que nosotros creamos a nuestros pensamientos, la vida no se cansa ni se cansará de demostrarnos de que no son verdad. Y la prueba de que ello es así es que ¿Cuántas veces creíste que te iba a dar un infarto y no ocurrió? ¿Cuántas creíste que te ibas a morir y aquí estás? ¿Cuántas creíste que tenías una enfermedad mortal y continúas sano? ¡¡Muchas!! ¿Lo ves? La vida está constante diciéndote miles de veces que los pensamientos catastróficos ¡no son verdad! Que son sólo pensamientos. Que los pensamientos no son una realidad en sí mismos. Que lo real es lo real. Y que lo real es que estás sano y que no estás en peligro.
Pero no sólo eso, nos está diciendo mucho más.
La vida nos está diciendo a través de los síntomas algo muy importante y común a muchas personas con ansiedad: QUE NO CONTROLAMOS NADA. Nos viene un síntoma o un pensamiento catastrófico y casi instintivamente tratamos de controlarlo para que desaparezca. Pero echa un vistazo a tu sentir y a tu pensar ¿Alguna vez has conseguido controlarlos? Yo jamás lo conseguí. No pude. No se puede. No podemos controlar a voluntad un pensamiento o un síntoma ¿Lo comprobamos? Fíjate en lo siguiente. "No pienses en una casa roja", ya has pensado en una casa roja. "No pienses en un perro", ya has pensado en un perro. "No pienses en un caballo", ya has pensado en un caballo. Algo que solía decirme mucho "no pienses que tienes cáncer", con lo cual automáticamente pensaba que tenía cáncer y sufría enormemente por ello ¿Lo ves? ¡¡No se puede controlar el pensamiento!! No podemos controlarlos a voluntad. La voluntad no es aplicable a los pensamientos.
Pues lo mismo ocurre con los síntomas y bajo mi experiencia (siempre hablo desde ella) ocurre de la siguiente manera. Cuando sentimos un síntoma tratamos de anularlo, controlarlo o eliminarlo. Sin darnos cuenta que AL TRATAR DE CAMBIARLO MÁS ATENTOS TENEMOS QUE ESTAR DE ESE SÍNTOMA. Y a más atentos estamos al síntoma, éste aumenta su intensidad. Y a más intensidad, más tratamos de controlarlo, más atentos estamos a él, más intensidad,... la pescadilla que se muerde la cola. Entrando así en un círculo vicioso en el que sufrimos enormemente ¿Cómo salir de ahí? Dándonos cuenta de dos cosas:
1ª QUE EL TRATAR DE CONTROLAR NO ME AYUDA A SENTIRME MEJOR. Fíjate cómo no te sirve, no te es útil para ganar en paz ni en bienestar. Observa cómo el tratar de controlar ¡no funciona! para salir de la ansiedad.
2ª QUE NO PUEDES CONTROLAR NADA ¿Alguna vez conseguimos controlar algo en el devenir de la vida o simplemente las cosas suceden como suceden? El control no existe, es una ilusión.
Cuando nos damos verdadera cuenta de esas dos cosas, sin que tengamos que hacer nada, automáticamente SOLTAMOS EL CONTROL. Lo desechamos por inútil y por sufriente. Y al soltar el control nos deslizamos hacia la aceptación. Y es ahí donde nos damos cuenta, de lo absurdo de luchar, controlar, modificar, eliminar,... que lo único que teníamos que hacer era acoger, permitir, fluir,... En definitiva, nos damos cuenta de que tan sólo teníamos que ir con la vida, no contra ella. Que lo único que teníamos que hacer era ir con nosotros mismos, no contra nosotros.

jueves, 15 de septiembre de 2016

HACIENDO SIEMPRE LO MISMO


Una de las razones por las nos cuesta tanto salir de la ansiedad, es porque seguimos utilizando los mismos viejos conceptos, patrones y creencias:
- "Esto no puede ser"
- "Esto no puedo sentirlo"
- "Esto no puedo pensarlo"
- "Tengo que ser más..."
- "Tengo que vencer a..."
Fíjate cómo, independientemente de la ansiedad, solemos ir por la vida de esa manera. Esas actitudes las aplicamos una y otra vez en multitud de ocasiones en un solo día y a distintas cuestiones. Actuamos siempre igual. Pues bien, llega la ansiedad y como no podía ser de otra manera, seguimos haciendo lo mismo:
- "No puede ser que tenga ansiedad"
- "No puedo sentir este síntoma"
- "No puedo pensar esto que pienso"
- "Tengo que ser más fuerte"
- "Tengo que vencer a mi mente"
- "Tengo que vencer a mi cuerpo"
¿Alguien ha sentido alguna vez paz, serenidad y sosiego bajo esas actitudes? Yo no. Jamás. Y a pesar ello, continuaba haciéndolo, posiblemente porque no sabía hacer otra cosa. No me habían enseñado hacer otra cosa. Así que llegó la ansiedad y literalmente de la noche a la mañana, me encontré que mucho de lo que me habían enseñado sobre lo que tenía que hacer con la vida y conmigo mismo ya no me servían. Tardé años en darme cuenta de eso. De que tenía que SOLTAR los viejos conceptos, patrones y creencias y abrirme a cultivar algo nuevo en mi:
- Confianza
- Paciencia
- Honestidad
- Aceptación
- Compasión
- Humildad
- Comprensión
Desde ahí sí que brotaba lo que más anhelaba: paz.

miércoles, 7 de septiembre de 2016

¿ CÓMO PREVENIR LAS CRISIS DE ANSIEDAD ?

Explicar cómo prevenir las crisis de ansiedad, es básicamente explicar cómo se sale de la ansiedad ¿Por qué? Pues porque las crisis no son más que descargas de tensión que el cuerpo expulsa al no poder albergarla más. Y dado que cada persona genera dicha tensión por razones distintas, sería basante extenso explicarlo aquí.  Por lo tanto, el prevenir las crisis va paralelo a la propia salida de la ansiedad. Aunque de forma muy escueta podemos decir que para prevenir las crisis, hay dos puntos fundamentales. El primero es actuar sobre las causas que nos genera la ansiedad y segundo el llevar a cabo una serie de prácticas.
Respecto a las causas... hay muchísimas que pueden generarnos esa tensión que el cuerpo finalmente se ve obligado a expulsar en forma de síntomas y crisis. Tales como:
Guardar silencio cuando debería hablar.
Decir "sí" cuando siento que debertía decir "no".
Aguantar situaciones indignas.
No atreverme a salir a la vida y coger de ella lo que necesito para ser feliz.
La necesidad de tenerlo todo controlado.
Buscar constantemente la aprobación y aceptación de quienes me rodean.
Llevar una vida con la que no me siento satisfecho.
Andar siempre autocontrolándome para no sentir miedo, culpa, ira, enfado, tristeza,...
Razones hay muchas, cada persona tiene las suyas propias por las que va albergando esa tensión que el cuerpo ha de expulsar. Un buen psicólogo es la persona indicada para hacérnoslas ver y qué hacer al respecto.
Pero ¡ojo! El tratar de prevenir las crisis de ansiedad, no hemos de hacerlo desde la intención de "no querer volver a sentirlas". Sé que esto último no es fácil, debido a lo desagradables y lo mal que se pasa, pero también sé que es crucial tenerlo en cuenta.  Ya que hagamos lo que hagamos desde esa actitud, no nos llevará a sanar el problema, sino sólo a enmascararlo. La experiencia me dice que todo aquello que hagamos para salir de la ansiedad, ha de hacerse no para no sentirla, sino para redirigir nuestra relación tanto con nosotros mismos como con la propia vida.  Por ejemplo, si a mi me dan crisis porque soy una persona muy autoexigente y trato de no serlo "para ver si así no me dan", lo que estoy haciendo ahí es tratar de engañar a la ansiedad y a mi mismo con el objetivo de no sentir síntomas. Y os puedo asegurar una cosa, a la ansiedad no se le puede engañar. He de dejar de ser tan exigente conmigo mismo por respeto, amor y consideración hacia mi propia persona. Y si yo llego a tomar verdadera conciencia de ello, actuando de manera coherente y sentida, el dejar de tener crisis y síntomas será un beneficio colateral más de ese bienestar en el que entraré al exigirme menos.
Bajo mi experiencia, actuar sobre la causa que nos genera la ansiedad, es la mejor manera de prevenir las crisis. Aunque si bien es cierto que hay prácticas que nos ayudan enormemente a ello. Y personalmente las que mejor me fueron son:
1.- Llevar un estilo de vida saludable. Esto implica dormir ocho horas de calidad, ya que en un cuerpo descansado hay menos espacio para la ansiedad. Así mismo cuidar los horarios y comer de forma saludable. Sé que cuando tenemos ansiedad, tendemos a comer peor y que nuestro sueño se vea alterado. Es por ello que este campo sea de especial interés a tener en cuenta a la hora trabajar por nuestro bienestar.
2.- Practicar deporte. A través de él expulsamos tensión que no ha de ser expulsado en forma de síntomas y generamos endorfinas naturales que son contrarias a la ansiedad. Aquí también hemos de poner especial atención. Si practicamos deporte para no tener ansiedad, nos estaremos olvidando de la parte más importante de dicha práctica: disfrutar. Así que sea cual sea el deporte que practiques, hazlo para disfrutar del mismo y no para salir de la ansiedad. Bajo esa premisa ¿qué deporte practicar? El que más te guste acorde con tus condiciones físicas y posibilidades, pues el objetivo primordial es el disfrute.
3.- Practicar meditación. Esta es fundamental ya que va al origen de todo, que no es otra que nuestra fusión con los pensamientos que son los principales generadores de ansiedad. Si a través de la práctica meditativa adquiero la habilidad de saberme distinto de mis pensamientos, éstos dejarán de generarme la principal tensión que genera los síntomas.
4.- Practicar relajación. Si tenemos el cuerpo tenso, solemos sentirnos precisamente tensos de sentirnos así. Con lo cual es la pescadilla que se muerde la cola. Aprender a relajarnos en cualquier momento y lugar nos da la posibilidad de cortar esa círculo y disfrutar más del momento en lugar de estar pendiente de cómo tengo el cuerpo. Además, la relajación tiene otra gran función que es la de aliviar el sufrimiento y el malestar, con lo que al sentirnos mejor generaremos menos tensión.
En definitiva, la experiencia me dice que lo importante no es no tener crisis o síntomas (aunque cueste comprenderlo). Lo importante es sanar aquello que los ocasiona.

domingo, 4 de septiembre de 2016

MIEDO AL MIEDO

La única función del miedo es nuestra seguridad. En el fondo, aunque cueste creerlo, lo que pretende el miedo es garantizar nuestro bienestar. Es decir, el fin último del miedo es que nos encontremos bien.
Entonces ¿qué ocurre? ¿Por qué me encuentro tan mal cuando siento miedo? Porque no le permitimos existir. No nos permitimos sentir nada que no sea gozo, alegría, felicidad, plenitud,... Parece que tuviéramos un libro de reglas en el que se indica:

- Prohibido sentir miedo
- Prohibido sentir tristeza
- Prohibido sentir enojo
- Prohibido sentir ...

¡Pero a ver! Seamos realistas y pongamos los pies en el suelo ¿Qué ser humano no siente miedo, tristeza, enojo,..? ¡Somos seres humanos! No seres salidos de anuncios de televisión. Así que ir negando nuestro sentir es negar nuestra propia naturaleza. Y por eso sufrimos tanto cuando lo rechazamos ¿Te imaginas a una flor luchando por no ser flor? ¿Cómo sería? Por lo que el primer paso para salir del miedo al miedo, es reconocer y aceptar nuestra propia naturaleza.
Estamos todo el tiempo tratando de sentirnos de una determinada manera y ¡¡¡ESO NO FUNCIONA!!! para sentirnos como queremos ¿Ves lo absurdo de estar todo el tiempo tratando de sentirte bien? Detente y párate de verdad a verlo antes de continuar leyendo.
¿Y por qué no funciona? ¡Pues porque ya nos sentimos de una manera! La que sea. La que tengamos en cada instante. Siempre nos sentimos de una determinada manera y lo que precisamente nos hace sufrir, es el andar forzándonos para sentirnos de otra. Es ese forcejeo interior el que nos lleva al sufrimiento.
Cuando descubrí esto último me rendí a la más pura evidencia. Esto es, ME SIENTO COMO ME SIENTO. Punto. Ya está. Es absurdo luchar contra mi sentir porque no sirve para sentirme mejor. Ése fue un paso importante, el reconocer la INUTILIDAD DE LA LUCHA. Fíjate cómo la lucha no sana. La lucha no te hace sentir como te quieres sentir. Y ahora observa cómo esa lucha está impulsada por el miedo al miedo. Una de las reacciones que tenemos cuando tenemos miedo, es la lucha. Es decir, luchamos contra nuestro sentir porque le tenemos miedo a lo que sentimos.
Párate. Detén tu lectura e imagina con tooodo lujo de detalles, cómo sería no tenerle miedo a lo que sientes ¿Cómo sería el instante siguiente a no tenerle miedo a tu sentir? ¿CÓMO SERÍA TU MIEDO SI NO LE TUVIESES MIEDO? ¿Qué ocurriría con él? De verdad, párate, trata de verlo contestando a esas tres pregunta. Si es necesario, termina de leer este artículo mañana u otro día. Pero detente ahí todo el tiempo que necesites.
¿Lo has hecho ya? Bien. Ahora comprueba cómo ésas respuestas se parecen mucho más a como realmente quieres sentirte y reflexiona sobre ello.
Ante todo ello, lo más seguro que te estés diciendo "Vale, eso está muy bien ¿pero cómo dejo de sentir miedo al miedo?" Para contestar a esa pregunta sólo puedo hacerlo diciendo lo que yo hice. Todo es cuestión de perspectiva, de visión, de darse cuenta. El verdadero "darse cuenta" se produce cuando razón, emoción e intuición encajan. Es un "ahora lo veo" y algo dentro de ti comienza a ver la situación desde otra perspectiva. Pero... ¿darse cuenta de qué? Pues de algo que experimentamos a diario cuando se tiene ansiedad, pero que no caemos en la cuenta. Esto es:
QUE EL MIEDO AL MIEDO NO HACE QUE DEJES DE SENTIR MIEDO.
El miedo al miedo ¡no funciona! para dejar se sentir miedo. Es inútil. No sirve para tu bienestar ¿Y cómo llegar a ese darse cuenta? Pues como siempre lo hacemos: OBSERVANDO. Dedica horas, días, semanas si hace falta a observar de forma neutra e imparcial, el cómo tu sentir miedo al miedo, no te lleva a sentirte mejor. Puede que todo esto ya lo sepas, que intelectualmente lo sepas, pero si continuamos sintiendo miedo al miedo, es que aún no lo hemos experimentado, no lo hemos vivenciado. Y para llegar a vivenciarlo, hemos de detenernos una y otra vez a observar de manera neutra e imparcial la inutilidad de la lucha, la inutilidad del miedo al miedo. El cómo no nos sirve para ganar en paz y bienestar. De nuevo párate ahí y si es necesario, termina de leer otro día. No importa lo que tardes en leer este artículo, lo que importa es que ganes en VISIÓN, en perspectiva y con ella que ganes en paz.
La lucha es inútil. Vale ¿Y qué es lo que nos es útil? Si has tardado varios días en llegar a este punto de la lectura, posiblemente ya lo hayas comprobado. Lo que nos es útil es esa observación que nos lleve a ese darnos cuenta. Porque cuando nos damos verdadera cuenta de que algo nos es inútil... lo tiramos, lo desechamos, nos deshacemos de él. Y te digo que cuando dejamos de tenerle miedo al miedo... éste último pierde toooda su fuerza. Cuando dejas de sentir miedo a tu sentir... lo dejas fluir. Y cuando tu sentir fluye... toooodo se suaviza. Los síntomas, los pensamientos, las sensaciones,... bajan considerablemente en intensidad y frecuencia.
Cuando leía este tipo de actitudes en los libros de Anthony de Mello, recuerdo que me decía "ya, pero no puedo evitar sentir miedo al miedo, no puedo evitarlo" Hasta que me di cuenta de que precisamente no tenía que evitarlo. Sino permitirlo. Sí, lo sé. No es fácil permitirlo. Pero no es fácil sólo en ese primer instante en el que de forma honesta te permites sentir. Una vez atravesado y con la práctica, te das cuenta de que todo se suaviza y ablanda. De que al otro lado del permitirte sentir, está lo que andabas buscando a través de la lucha.
De la ansiedad no se sale luchando contra nuestro sentir sino permitiéndolo. Es la batalla que iniciamos contra nosotros mismos, la que hace que la ansiedad se prolongue en el tiempo.
Si quieres paz... ¡¡ DECLÁRATE LA PAZ !!
Me declaro la paz a mi mismo
Me declaro en paz hacia mi persona
Suelto las armas
No soy mi enemigo
No he de cambiarme
Sólo he de amarme
Dejo que mi cuerpo se afloje
Me declaro la paz